Big in Japón

Barbacoa y Matsuri

El fin de semana pasado Yuko nos invito a una barbacoa en su casa y a ver el matsuri (festival) de su pueblo, Ogawamachi, que está en Saitama. Eso hicimos el sábado, y al día siguiente, a la vuelta pasamos por Kawagoe, una ciudad que es de interés turístico sobretodo por sus casas que conservan el encanto del periodo Edo. Y es así porque tienen la particularidad de que son de color negro, por lo que en la segunda guerra mundial, cuando los bombarderos americanos sobrevolaban la ciudad pensaban que ya había sido quemada, y permaneció intacta.

Los padres de Yuko tienen un restaurante delante de casa donde hacen unos katsudones que quitan el hipo. La casa es de dos pisos, enorme si la comparamos con nuestros zulitos de Tokyo. Despúes de dar cuenta de las viandas, nos pusimos nuestras galas de fiesta y fuimos al matsuri:

¿Y que había en el festival? puestos de comida, de juegos, bailes,



y taiko. Hablando de taiko, ésta es una de las fotos que más me gustan de las que he hecho desde que he llegado. Cómo le daba el enano al tambor:

Al día siguiente antes de volver hacia Kawagoe, observabamos atentos cómo preparaban el katsudon los padres de Yuko, y después lo probamos. Ni que decir lo bueno que estaba...

Luego fuimos hacia Kawagoe, donde nos coincidió que había otro festival. Aquí estamos delante de una casa negra típica de la ciudad:

Había un grupo que iban haciendo una especie de procesión y al rato se paraban y se ponian a disparar. La verdad que el ruido que hacen las escopetas no se aprecia bien en Youtube, en directo impresionaba bastante. Los niños se tapaban los oídos y decían "¿ya esta bien no?"



Aquí posando junto al jefe de caballería montada del bajo ampurdá. Así viendo la foto se me acaba se ocurrir que un día de estos tengo que conseguir que un personaje de tanto carisma pose conmigo a lo profesor achilipú del informal:

Del próximo matsuri no pasa.

Ide, apunta al cuervo ese, que me ha dado la noche

Paseando por la ciudad vi éste casco de moto de Pikachu. Me faltó tiempo para ir a preguntar cuanto costaba, pero para mi desgracia no estaba en venta. No me extraña, éstas cosas no tienen precio, como la moto a juego.

Después de andar un poco más, y ponerle unas velas a la trifuerza del Zelda en un templo para que me vendan el próximo casco de Pikachu que encuentre,

regresamos a Tokyo habiendo pasado un estupendo fin de semana. Os dejo con una foto muy potita que saqué de madre e hija en el matsuri:


P.D: cof, cof mañana 5 de Agosto es mi cumple, cof cof. Uy que tos tengooo.