Dentro había un abuelito cosiendo muy concentrado. Con unos golpecitos en la madera de la puerta lo saqué de su ensimismamiento y amablemente le pedí si por favor le podía hacer una foto. Sonriendo me dijo que si.
Más tarde mi amigo me dijo que se pasa el día sentado en esa habitación cosiendo armaduras de kendo.
4 comentarios:
Que curioso, muy japonés, me encanta.
SIT
¡Que majete!
Oleee!!
Pos pasa la direccion que la mia tengo qe cambiarla dentro de poco :)
Lorco, en Mita! vende un día a tomar un algo y te presento al hombre ^^
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