Hoy fui con Mune, compañeros suyos de oficina y más amigos a ver los fuegos artificiales de Odaiba.
Al llegar llovía pero luego se despejó. Y lo de coger sitio era una odisea. Pero un par de compañeros de Mune llevaban desde las 11 de la mañana reservándolo por suerte.
Pasamos muy buen rato y también me sirvió para probar la cámara nueva con los fuegos. Vaya diferencia!