Aprovechando que el lunes pasado era fiesta nacional en Japón, Mieko, Jair, Jorge, Javi, Sun y yo fuimos los 3 días a Miyakejima, una de las islas de Izu. Puede que os suenen de entradas anteriores como las de Hachijojima, u Ooshima.
Miyakejima está situada a 180 kilómetros al sur de Tokyo, tiene un área de unos 55 kilómetros cuadrados, y una población de 2.884 habitantes. En el centro de la misma se encuentra el volcán del monte Oyama que entró en erupción la última vez en el año 2000. Como consecuencia se desalojó a toda la población y no fue hasta 2005 que se les permitió volver.
Aunque aún a día de hoy el volcán sigue emitiendo gases, y en la página web de infomación de turismo de la isla decía que era obligatorio llevar máscara de gas...
Para ir a la isla cogimos un ferry cerca de la estación de Hamamatsucho de la línea Yamanote, a las 10 de la noche. El viaje duraba unas 7 horas. Llegamos a Miyake, para los amigos, a eso de las 5 y media de la mañana. En el puerto nos esperaban los dueños del ryokan.
Aunque aún a día de hoy el volcán sigue emitiendo gases, y en la página web de infomación de turismo de la isla decía que era obligatorio llevar máscara de gas...
Para ir a la isla cogimos un ferry cerca de la estación de Hamamatsucho de la línea Yamanote, a las 10 de la noche. El viaje duraba unas 7 horas. Llegamos a Miyake, para los amigos, a eso de las 5 y media de la mañana. En el puerto nos esperaban los dueños del ryokan.
El dueño del ryokan nos llevó en furgoneta a nuestros aposentos isleños, y por el camino le preguntamos que dónde podíamos adquirir las máscaras de gas. Con una sonrisa nos dijo que en realidad casi nadie las usa en la isla, por lo que nos sentimos un poco aliviados.
Fuimos a la cama un par de horas, y sobre las 9 desayunamos. Por la mañana queríamos ir a una playa a nadar, tomar el sol, y cual fue nuestra sorpresa que el autobús pasaba cada dos horas... como para perderlo jejej. Estuvimos perreando un rato más y a eso de las 11 cogimos El autobús para la playa:
Fuimos a la cama un par de horas, y sobre las 9 desayunamos. Por la mañana queríamos ir a una playa a nadar, tomar el sol, y cual fue nuestra sorpresa que el autobús pasaba cada dos horas... como para perderlo jejej. Estuvimos perreando un rato más y a eso de las 11 cogimos El autobús para la playa:
La playa no era de arena sino de rocas pequeñas, que si os soy sincero casi lo prefiero porque así no te llenas de arena.
Aunque te puedes llenar de rocas...
Después fuimos a cenar al ryokan tempranito y al festival del bon odori local:
Primero un poco de taiko típico de la isla:
Y después bailes tradicionales, incluyendo la popular tonada de... ¡Doraemon!
Al día siguiente alquilamos una fragoneta para recorrernos la isla:
Primero un poco de taiko típico de la isla:
Y después bailes tradicionales, incluyendo la popular tonada de... ¡Doraemon!
Al día siguiente alquilamos una fragoneta para recorrernos la isla:
Vimos un lago prechioso:
Una especie de piscina natural formada por rocas volcánicas donde hicimos snorkel y se podían ver bastantes peces y cangrejos:
Un desierto volcánico al Sol:
Una escuela destruida por la lava de una erupción de 1983:
Y el lunes teníamos reservada una excursión para nadar con delfines. Nos llevaron en un barco hasta la cercana isla de Mikurajima.
Allí es dónde estaban los delfines que eran salvajes. Y es que éstos no son tan amistosos como los que se ven en los acuarios. Iban más a su bola. La técnica para nadar con ellos econsiste en que el capitán del barco estaba subido como en el techo, para seguir mejor a los delfines y movia el barco con un control remoto. Se ponía en la trayectoria de los delfines y decía ¡ya! y tenías que tirarte al agua corriendo e ir hacia donde estaban.
Como te dejaban aletas, gafas y tubo de snorkel, si habías sido rápido podías nadar un poco con ellos y verlos de cerca. Tuvimos suerte porque estuvimos siguiendo a un grupo muy grande de unos 12 delfines con crías y todo. Yo hubo una vez que si estiro el brazo hubiese tocado a un delfín que me pasó al lado. Y me chocó por lo que os he dicho de que no se comportan para nada como los de los acuarios. Este me miraba como ¿y el pez este tan raro, que hace aquí en mis aguas? Aún así es una experiencia increíble.
Lo que sí les gustaba a los jodiós es el barco, se ponían a nadar delante pasándoselo bomba:
De ahí volvimos al ryokan, y ferry de vuelta a Tokio.
De ahí volvimos al ryokan, y ferry de vuelta a Tokio.